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El debate sobre el Antropoceno/Capitaloceno/Plantacionoceno demuestra que estamos viviendo una nueva era, en donde la historia natural no puede separarse de las dinámicas y procesos sociales. Dada la diversidad de crisis ambientales, desde el cambio climático y la desertificación hasta la pérdida de biodiversidad y las hambrunas, la cuestión de las nuevas prácticas, epistemologías y éticas que se enfrentan al "modo de vida imperial" es uno de los retos más prominentes de la humanidad. Los conceptos y programas alternativos basados en el cuidado, la capacidad de respuesta, la relacionalidad, la reciprocidad y la ayuda mutua parecen ser los más prometedores no sólo para hacer frente a las múltiples crisis del Antropoceno, sino también para proponer nuevas formas de sociabilidad en nuestro planeta pluriversal.
El Antropoceno se caracteriza por la explotación de la naturaleza y la configuración de los espacios vitales por parte de la humanidad. En el contexto de la explotación capitalista, la naturaleza se codifica como una propiedad de uso exclusivo. Sin embargo, el ciclo de recuperación de la naturaleza no se refleja en las formas de propiedad imperantes en la lógica de la explotación.
Los enfoques feministas del cuidado y el énfasis en el cuidado de uno mismo, de los demás y de la naturaleza en la estructura del trabajo se vinculan con las preocupaciones que trae el Antropoceno y la explotación de la naturaleza y de las personas, especialmente cuando se piensa en la propiedad, el trabajo y el tiempo. Las comunidades Indígenas, Afrodescendientes y campesinas han desarrollado conceptos y prácticas de políticas ecológicas o del uso de la tierra que se expresan en las diversas ideas del Buen Vivir, la Comunalidad, el perspectivismo Amazónico y el giro eco-territorial.
En estos enfoques, la lógica de la propiedad como un derecho de explotación exclusivo e infinitamente disponible se desplaza a un deber de cuidado. Por lo tanto, cuestionan la relación lineal con la naturaleza, avanzando hacia enfoques sostenibles y cíclicos. En consecuencia, la propiedad debe replantearse como la obligación de cuidar y no como un derecho exclusivo de extracción. Al mismo tiempo, las formas de propiedad más relacionales y comunales, especialmente los "bienes comunes", son importantes para promover políticas y éticas del cuidado en el Antropoceno.Sin embargo, los seres humanos no son los únicos que tienen agencia. Hay que tener en cuenta enfoques más allá de lo humano y que la naturaleza consiste en la interacción de una miríada de agentes que participan en los procesos, lo que conlleva también a poderes de "autocuración". Estas formas simbióticas de interacción son vitales no sólo para la resiliencia sino para el florecimiento durante y después del Antropoceno.
Teniendo en cuenta las desigualdades en cuanto a la responsabilidad/vulnerabilidad de las distintas regiones, no todos los seres humanos pueden ser considerados igualmente responsables de los daños medioambientales. El consumo de energía y la producción de residuos son más excesivos en el Norte Global que en el Sur Global. Al mismo tiempo, los recursos naturales restantes se encuentran en gran medida en el Sur Global. Por lo tanto, el Antropoceno y la vinculación con una categoría analítica de cuidados deben considerarse también en estas cuestiones distributivas de la desigualdad.
El objetivo principal de este congreso es crear una plataforma para el diálogo, el intercambio de ideas y la coproducción de conocimientos sobre los enfoques teóricos y práctico-conceptuales latinoamericanos del cuidado dentro y más allá del Antropoceno.
Los organizadores de este evento son
Susana Herrera Lima
Philipp Wolfesberger