CALAS

Plataforma para el Diálogo Identidades, saberes y epistemologías culturales y estéticas en el Antropoceno: Geopolíticas del agua en Nuestra América Afro-Abya Yala

El Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados (CALAS, por sus siglas en inglés) convoca a participar con ponencias y debates en la Plataforma para el Diálogo y la Vinculación: "Identidades, saberes y epistemologías culturales y estéticas en el Antropoceno: Geopolíticas del agua en Nuestra América Afro-Abya Yala". Esta actividad forma parte del Laboratorio de Conocimiento: "Identidades estratégicas y crisis en América Latina. Procesos y tensiones" y dialoga específicamente con el Laboratorio “El Antropoceno como Crisis Múltiple: Perspectivas Latinoamericanas”. La propuesta busca poner en diálogo y vinculación a dos espacios de discusión de CALAS en torno del programa: “Afrontar las crisis: perspectivas transdisciplinarias desde América Latina”.

El Antropoceno es un término polémico, es el posible nombre de una nueva era geológica que ha sido ampliamente influenciada por los humanos. Criticado desde perspectivas feministas y de izquierda en el sentido que ese término tiende a homogeneizar a toda la humanidad como si todos los seres humanos tuvieran la misma responsabilidad en la crisis ambiental. Igualmente, son polisémicos los sentidos con los que se nombra América Latina y al Caribe. Nuestra América, nombre ideado por José Martí, propone integrar la unidad de lo diverso en una estrategia continental para superar los problemas internos y los peligros externos de cara a la “no nuestra” América Sajona. Igualmente, es imprescindible integrar sentidos de pertenencia e identidades de los pueblos afrodescendientes como lugar de enunciación otra de América. El término "Abya Yala" es una expresión en lengua kuna de los pueblos indígenas de la región de Guna Yala, ubicada entre Panamá y Colombia. Significa "tierra en plena madurez" o "tierra de vida". Es una expresión que simboliza la identidad, la resistencia, y que es reivindicada por los pueblos indígenas.

Nuestra América Afro-Abya Yala es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta. La existencia de los pueblos indígenas y comunidades locales han jugado un rol fundamental en su conservación, a la par que diversas comunidades de pertenencia urbana -en el llamado ‘urbanoceno’- luchan por un sistema de abasto, distribución y uso sustentable del agua que se enmarque dentro de la gobernabilidad democrática. Desde donde se reivindican los llamados bienes públicos globales de la naturaleza, entre ellos el agua. No obstante, la megadiversidad se ve amenazada frente a la expansión colonial-capitalista, especialmente por la creciente mercantilización del agua -como el caso del agua embotellada, para usos industriales y agropecuarios-, que tiene consecuencias desastrosas para los pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes en el campo, e impacta en la pobreza y la desigualdad estructural del despojo en los ámbitos rural y urbano. Las distintas historias de destrucción, alteración, desigualdades y desequilibrios que se develan en las crisis del Antropoceno impactan en identidades, saberes y diversos formatos de organización social por la defensa del agua y de la vida en todo el subcontinente. Así como surgen diversas manifestaciones estéticas que producen imaginarios culturales ancestrales y contemporáneos que dinamizan el debate artístico.

Dentro de esos problemas estratégicos, la crisis del agua requiere ser abordada por un pensamiento complejo contrario a la fragmentación y a la simplificación, que sea capaz de interrelacionar territorios, sociedades y gobiernos, en los vínculos geopolíticos entre agua, energía y alimentación. La matriz del poder que sostiene el patrón de acumulación capitalista genera conflictos de uso en torno de la posesión de la tierra y del agua, particularmente, en los territorios indígenas donde se encuentran las principales fuentes del vital líquido.

En América Latina-Caribe habitan alrededor de 640 millones de personas, de las cuales, el 80% vive en ciudades, que, a través del consumo de recursos, causan mayor daño ecológico a la naturaleza (contaminación, cambio climático, pérdida de biodiversidad, alienación psicológica/ambiental, etc.). La evolución cultural y la innovación en el campo y la ciudad están desfasadas. Aunque la dinámica del cambio ambiental es más rápida en las ciudades -el urbanoceno-, y los ‘urbanitas’ marcan el futuro de nuestro planeta y nuestras sociedades. Sin embargo, las/los habitantes de las ciudades tienden a estar divorciados de la naturaleza no humana y parecen ser quienes menos comprenden su dependencia de la naturaleza para sobrevivir.

Las diferencias del poder en el gradiente urbano/rural/silvestre subalternizan posibles soluciones que ofrecen los saberes tradicionales de comunidades indígenas y campesinas. Como respuesta a estos conflictos, surgen también contrapoderes en los espacios de resistencia horizontales y de resiliencia de organizaciones locales, nacionales, regionales -como el Tribunal Latinoamericano del Agua- e incluso de alcance global, como el Tribunal Permanente de los Pueblos, qué dedica una parte al problema del agua. O como la Red Waterlat-Gobcit, que tiene anclajes organizativos locales y globales.

De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU, casi 34 millones de personas no disponen de fuentes de agua mejoradas en nuestra región. Las conexiones domiciliarias bajaron del 95% en 2000 al 89% en 2015. El déficit se concentra en los grupos de bajos ingresos y se acentúa la diferencia en la cobertura: 14% más baja en las áreas rurales (83%) que en las ciudades (97%). Se deteriora la calidad de servicio y se exacerba la lucha por producir y usar el agua para fines industriales y agropecuarios, bajo la implantación de un patrón extractivista-exportador. Así, los ecosistemas del agua y la biodiversidad se ven sometidos al llamado “stress hídrico”, el cual incide determinantemente en el cambio climático.

Diversos sentidos de pertenencia dan pie a multifacéticas y flexibles expresiones identitarias de sus portadores. Las geopolíticas del agua destacan el poder estatal y no estatal en las estrategias de apropiación capitalista de este bien de la naturaleza, en el contexto de las crisis actuales, en torno de las cuales se configuran megaproyectos destinados a producir y usufructuar privadamente un bien público y comunitario como es el agua. A pesar de ello, cobran una importancia estratégica las reivindicaciones de los nuevos derechos humanos, como los Derechos Trans-generacionales (de las futuras generaciones de los no nacidos) y los Derechos de la Naturaleza, que reconocen a los seres vivos y no vivos como sujetos de derecho; la conciencia universal de la Pacha Mama y el derecho internacional al agua como bien público. En la escala nacional se alcanzan nuevos términos de reconocimiento constitucional como lo expresan las cartas magnas de Ecuador y Bolivia.

Las identidades estratégicas y las disputas por el futuro en las narrativas e imaginarios, de saberes y prácticas en torno del agua, desafían la gobernabilidad instituida desde lo local-nacional, lo regional, como lo expresa el Pacto Ecosocial e Intercultural del Sur; hasta lo global, e impulsan procesos instituyentes horizontales comunitarios autónomos, lo cual requiere de diagnósticos y de propuestas de política de la vida desde Nuestra América Afro-Abya Yala que hagan frente a las necropolíticas extractivistas globalizadas en el contexto del Antropoceno. Diversas manifestaciones estéticas y culturales dialogan, nutren y debaten esas identidades estratégicas.

En este sentido, surgen problemáticas relevantes: ¿Cómo negocian resisten y articulan diversos actores del campo y la ciudad sus reclamos y luchas? ¿Hay vinculaciones y sentidos de pertenencia identitarias indígenas y afrodescendientes del campo y la ciudad frente a la mercantilización del agua y el despojo de sus territorios? ¿Qué horizontes civilizatorios estéticos y artísticos plantean las luchas por el agua? ¿las luchas por bienes públicos globales fortalecen los derechos de la naturaleza, la justicia socioambiental y ayuda al combate contra la desigualdad social? ¿Es posible crear instancias de diálogo en el complejo proceso de producción, distribución y consumo del agua en un contexto colonial de extractivismo material y epistémico? ¿Cuáles desafíos plantean las geopolíticas del agua frente al cambio climático y los procesos de descarbonización y transición energética que se implementan en la región y su vinculación con el mundo? Reconociendo que antiguas culturas indígenas generaron, aunque en menor escala a la actual, procesos de extinción de especies, degradación ambiental y escasez de agua, ¿Cómo se integran los diferentes saberes occidentales, o ancestrales, afrodescendientes e indígenas, para lograr una gestión sustentable del recurso?

Proponemos para esta plataforma de vinculación, un diálogo de miradas transdisciplinarias sobre la relación entre naturaleza y poder estatal y no estatal, que aborde las identidades en plural, descentradas, críticas, territoriales y entrecruzadas. Ello como un modo de acercarse a las incertidumbres del presente, en tanto horizontes de expectativas, mientras se producen disputas por el futuro y se reconocen interrogaciones sobre el pasado.

A través de una recuperación de herramientas experienciales y cognitivas horizontales y colaborativas; del registro sobre diversos sentidos de la naturaleza y los territorios comunicados, así como las manifestaciones artísticas ancestrales y actuales. Incluido el plano transdisciplinario de ecologías (geo)políticas críticas interseccionales que reconocen cuestiones históricas, étnicas, raciales, de género y de clase; invitamos a presentar trabajos que colaboren a sentipensar nuestras identidades desde una perspectiva pluriversal en un contexto de múltiples crisis del Antropoceno.

Lugar: 
CUCSH, campus Belenes
Fechas: 
Miércoles, Diciembre 11, 2024 - 10:00
Jueves, Diciembre 12, 2024 - 10:00
Viernes, Diciembre 13, 2024 - 10:00

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