Los parques nacionales argentinos fueron los primeros de América Latina, fruto del encuentro de enfoques diversos: desde la política sobre preservación que se había desarrollado en los Estados Unidos hasta la arquitectura paisajista francesa, pasando por la silvicultura prusiana y los debates nacionales e internacionales sobre la conservación de la naturaleza. Y aun cuando hoy en día muchos los consideran tesoros de vida silvestre, otros mantienen una posición crítica, que los observa como instrumentos de colonización. En parte, debido a la expansión agrícola, la expulsión de los pueblos indígenas y los amplios programas de urbanización; pero también a causa de la explotación turística y los procesos masivos de colonización biológica por salmones, corzos y abetos. Enfocándose principalmente en la fase fundacional de los emblemáticos parques nacionales de Nahuel Huapi y de Iguazú, el libro se pregunta no solo qué son y cómo funcionan los parques, sino si pueden ser útiles para superar la crisis ecológica que hoy atravesamos.