La desaparición de una persona es simbólicamente un hecho intolerable, porque el sentido y el derecho quedan indefensos. El ser humano se desarrolla en colectivo y esta interacción social tiene un ciclo donde cada individuo, a partir de su desarrollo, genera o interrumpe lazos con otros de forma voluntaria o involuntaria. Este proceso de separación o interrupción de la interrelación social genera un fenómeno denominado duelo, entendido como un proceso individual necesario para su reparación y continuación personal, a partir de la ausencia y separación de quien representó algo trascendente en su vida.