Ya desde la época del capitalismo colonialista que tuvo como característica la búsqueda de los recursos estratégicos por parte de las potencias europeas, el extractivismo sigue recorriendo todo el proceso estructural de la organización social capitalista. A través de los siglos, este modelo económico ha logrado arraigarse como forma predilecta de la producción y acumulación de capital, por medio de la explotación minera, latifundista, y mercantil.
Tal es el escenario que abocaba el Seminario Internacional: «Extractivismos, resisitencias y alternativas», convocado los días 21 y 22 de mayo 2021 por el Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados (CALAS) en colaboración con Henry Veltmeyer, investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas y senior fellow del Centro. Más de una docena de especialistas del Norte y Sur de América, pero también de Europa, se reunieron para analizar el proceso extractivista desde sus diversas aristas constitutivas.
A partir de las diferentes caracterizaciones sobre el proceso extractivista, los participantes del seminario confluyeron en el mapeo de las actuales prácticas que se desarrollan en la región latinoamericana. Al respecto, el diálogo entre los convocados desembocó en al menos cinco observaciones con respecto a la situación de este ramo de la economía en la región, de las resistencias contra su expansión y las alternativas que se están proponiendo desde distintos movimientos sociales o comunidades de base.
La primera observación es que la práctica extractiva como parte de la economía política sistémica se lleva a cabo gracias a la división política internacional entre países centro globales, hegemónicos y subalternos. Lo que implica que instalar un proyecto extractivo se posibilita gracias a dicha división, y al entramado jurídico establecido a partir de los tratados de libre comercio, arraigados a través del proceso histórico estructural -como puede ser la minería en América Latina-, y las correlaciones de clases establecidas en cada país, comúnmente continuadas a través de siglos, modificadas únicamente por los procesos históricos sociopolíticos que buscan una transformación estructural de la realidad: esto en la durante la segunda mitad del siglo XX en la crítica de la economía política latinoamericana se le denominó como la relación entre capital imperialista y oligarquía nacional.
La segunda observación es que, a partir del acuerdo entre capital trasnacional y oligarquía nacional, se instalan en puntos específicos de las geografías nacionales los proyectos extractivos, comúnmente sin considerar el apoyo y punto de vista de la población. Esto implica que el proyecto extractivista llega y arrasa con la forma social predominante para instalarse como el centro del huracán que destruye todo lo que tiene a su paso.
Como consecuencia se da la tercera observación la cual es que el extractivismo como práctica sistémica se caracteriza por la depredación del espacio natural de cada punto planetario donde se lleva a cabo. Esto implica que a partir del conjunto de fases que conforman la forma extractivista, se logra la destrucción y el daño irrevocable del ambiente natural, en sus diversas facetas, como puede ser minería a cielo abierto, megaproyectos de concentración del agua, deforestación, etc.
La cuarta observación, y considerando la relación entre las tres pasadas observaciones es el surgimiento de contradicciones formales y contradicciones esenciales que se dan en distintos niveles de la realidad social, que comúnmente confrontan a las poblaciones locales ante la correlación de clases de sus sociedades, provocan un fuerte rechazo a la injerencia trasnacional consistente en la invasión de su espacio de vida, a la población la hacen activa y participe de sus problemas fundamentales, obligándoles a su conformación como sujetos sociopolíticos, y de esta manera a la medida de cada capacidad y necesidad poblacional, los obligan a desarrollar una resistencia frente al proceso estructural. Básicamente la frase de «si no resisto me quedo sin nada» es la síntesis de esto.
Y la quinta observación es la explicación de los resultados globales del accionar trasnacional, la resistencia poblacional, y las posibilidades que se desprenden en términos de alternativas reales, no simuladas.
El seminario dejó en evidencia que la relación entre extractivismos, resistencia popular y modelos económicos alternativas, es sumamente problemática en cuanto que está marcada por antagonismos que no siempre dejan resultados ideales para quienes cuestionan la relación social. El proceso extractivista está sustentado por actores empresariales y de poder sumamente poderosos que no están reflexionando sobre el devenir de una región con problemas estructurales. Los panelistas concluyeron que a las resistencias populares opuestas a los proyectos extractivos, no les queda de otra más que asumir una posición seria y sólida ante el proceso sistémico estructural, ya que las alternativas que se desprenden de esta contradicción antagónica no son siempre opciones fáciles de desarrollar, tal como atestiguan los sujetos sociales inmersos dentro de estas prácticas subalternas.
Las dos sesión del seminario están disponible en el canal de Youtube del CALAS: sesión 1 y sesión 2.