El profesor de literatura de la Universidad de São Paulo Jaime Ginzburg, en su videoconferencia "Cuerpos y violencias en Brasil: producciones de cine y televisión", plantea la paradoja que se da en Brasil respecto al fenómeno de la violencia y su análisis desde la academia. A medida que aumenta la producción científica y académica respecto a la violencia, los mecanismos para combatirla efectivamente parecen alejarse. En esto radica, plantea Ginzburg, la importancia de comprender cómo se relacionan cultura y violencia y la necesidad volver una y otra vez sobre esta cuestión. En este sentido, Ginzburg reconoce en Brasil la existencia de una violencia institucionalizada de carácter conservador, esto es, una violencia cuyas formas se remontan a estructuras políticas y sociales que ya se encontraban en el periodo colonial, pero que han devenido institucionales y, por ello, normalizadas. Solo así podríamos comprender la prevalencia de un discurso racista, patriarcal y promotor de violencia como el del actual presidente Jair Bolsonaro, un fenómeno que da cuenta de un auge de la violencia y su legitimación en Brasil durante los últimos años. La producción cultural y audiovisual tiene un rol en esta normalización y esta persistencia. Si bien existe una producción audiovisual en cine y televisión de carácter heterogéneo, los relatos que validan la violencia resultan los ser los más populares. De esto dan cuenta dos de los ejemplos analizador por Ginzburg, a saber, el caso de la exitosa película Tropa de Elite (2007) y la telenovela de Rede Globo Kubanacan (2003). En ambos casos Ginzburg identifica una directa influencia de la violencia de corte hollywoodense, que tiende a utilizarla como entretenimiento y espectáculo, a la vez que eleva figuras clásicas de la violencia patriarcal como el arquetipo del héroe, figuras fundadas en la discriminación racial y en oposición a la inferioridad de la mujer, perpetuando así los modos conservadores de la violencia que Ginzburg identifica como constitutivos de la sociedad brasilera. Sin embargo, en el espectro de la producción audiovisual existen también obras que plantean una crítica abierta a estas violencias y sus orígenes históricos. Este es el caso de la película animada Uma história de amor e fúria (2013), la cual es analizada por Ginzburg en su potencial crítico.

La charla completa se puede ver aquí.