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¿Cómo estudiar a las élites desde adentro? Entrevista con Hugo Cerón-Anaya

Desde sus estudios de maestría, Hugo Cerón-Anaya, profesor del Departamento de Sociología y Antropología en Lehigh University en Pennsylvania y nuevo miembro del Laboratorio de Conocimientos: Confrontando las desigualdades sociales en América Latina, se ha centrado en la investigación de las élites; un tema que según sus análisis no ha sido abordada ampliamente, sobre todo, en estudios de habla hispana.

Ahora, como fellow del Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados (CALAS), realizará la investigación «¿Un paisaje racializado y de género?» en la que se concentrará en la élite local de Guadalajara, Jalisco, México y comparte detalles de su proyecto:

¿Podrías platicarnos el contexto que retomas para tu investigación en Guadalajara?

Hugo Cerón-Anaya (HCA): Lo «tapatío» se construye en oposición del movimiento indigenista del centro del país. Lo realmente mexicano en Guadalajara es el mariachi y el charro, que en la genealogía original eran los pobladores rurales, pero aquí son figuras como el actor y cantante Jorge Negrete a mediados del siglo XX.  Esta mexicanidad compite sobre una especie de blancura, pero ahora las concepciones de blancura van cambiando en espacios que van a dar a las élites, y eso no se ha estudiado.

¿Qué metodologías desarrollarás tu estudio?

HCA: Una de las grandes debilidades de los trabajos estadísticos es que no generan la posibilidad de explicar porqué los fenómenos están pasando, solo muestran la presencia de las estructuras de élites. Y los trabajos etnográficos y cualitativos cuentan con estas explicaciones, y más cuando trabajas con las élites que desaparecen en términos estadísticos. Los trabajos cualitativos muestran la forma en que las élites piensan, se articulan y cómo los elementos de reproducción están presentes.

Me interesa trabajar sobre procesos de hiperexclusividad en la educación, en escuelas donde los costos solo pueden pagarlos las élites. Me interesa entender cómo estos espacios se han hecho hiperexclusivos, qué lo genera y cómo.

¿Por qué estudiar ete tipo de espacios educativos?

HCA: Si nunca se ha estado cerca de una clase trabajadora, los estudiantes de estas escuelas generan una percepción de que estos grupos actúan de una forma irracional y adquieren formas de pensar en que consideran que deben salvarlos, porque esa clase trabajadora no piensa por sí misma o no saben. Y en realidad, esa forma de acercarse a los estratos bajos es inequitativa y beneficia a los intereses de las élites. Por eso me parece importante mostrar y visibilizar que estos espacios generan dinámicas a largo plazo de mayor inequidad y peligro para el bien público.

¿Cómo analizas la situación de los estudios sobre la riqueza y las élites en América Latina? ¿Cuáles han sido sus logros y sus áreas de oportunidad metodológicamente y teóricamente?

HCA: Fui a un congreso y alguien en el público leyó que yo iba a hablar sobre el golf («Golf, habitus y elites: la historia del Golf en México») y su acompañante dijo: ‘a quién le importa el golf, vámonos a otro lado’. Mi sensación era de que no se entendía que el estudio es sobre las élites. Y después me invitaron a un webinar en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y me quedé impresionado por la cantidad de gente que fue, había un interés gigantesco. Estos temas están teniendo un auge con el cambio generacional.

Pero metodológicamente la mayoría de los trabajos de élite citan trabajos de Estados Unidos e Inglaterra, y me causa frustración que en América Latina es otra la lógica de interacción con elementos comparativos. Algunos autores tienen poca seriedad intelectual y teóricamente me daba coraje leerlos citando autores sin traducirlos al territorio que estudiaban, revelaba mucha pereza intelectual. Y teóricamente están igual.

¿Qué tan difícil ha sido indagar en los estratos socioeconómicos altos?

HCA: Un trabajo etnográfico implica una dificultad enorme ética y legal. Implica un grado de privilegio del propio investigador. Muy temprano en mi investigación tuve que crear una percepción de historias de vida semejantes a las de la élite y generaba una relación de clase en la que me volvía más confiable. Algunos autores manejan que yo hacía clase al darme a conocer. Yo les hablaba de elementos legibles para ellos pero no les mencionaba que lo hacía con fines de investigación.

¿Qué tanto la concentración de la riqueza y la perpetuación de las élites afecta a la calidad de vida de las personas en América Latina?

HCA: Hay una discusión sobre blancura que gente en las élites no quieren que se toque porque les afectaría a todos. La búsqueda de beneficios para la mayoría de la población termina cuando afecta el interés de un personaje millonario con concentración de riqueza absurda y frena el crecimiento de clases medias que deben de acceder a procesos de movilidad social basados en el cacicazgo y subordinación para tener mejor calidad de vida a futuro. Mientras tengamos más clase media, estas cosas se van a acabar, conviene para tener una población con oportunidades más equitativas.

La discusión sobre ello siempre genera acusaciones de que se balcanizaría el país y encono social, pero los que dicen que está mal son la gente que ha obtenido los mayores beneficios del modelo de concentración de las élites. Me parece fascinante demostrar mediante un debate teórico y empírico cómo la blancura se articula y se protege entre las élites. Por eso mi deseo de ponerlo en la discusión pública.

Conoce más de Cerón-Anaya él y su trabajo en este video:

https://youtu.be/mtaA6HlCzy4

El investigador participará el 19 de noviembre de 2021 en el Simposio internacional: Estudio de la Riqueza y de las Élites en América Latina en un panel titulado «Medición de la reproducción cultural y habitual de las élites económicas», que será transmitido en vivo por el canal YouTube del CALAS

 

Fecha: 
Miércoles, Octubre 13, 2021
Lugar: 
CALAS, sede principal Guadalajara