CALAS

Crisis económica por pandemia de COVID-19 es la culminación de fallidas reformas de mercado en América Latina

«La pandemia del COVID-19 generó un fuerte retroceso en las políticas sociales en favor de la igualdad y la inclusión social en América Latina, debido a la desaceleración de la economía que venía agudizándose desde el año 2015», afirmó el académico de la Universidad de Columbia, José Antonio Ocampo, durante su conferencia «De la inclusión social a la inclusión económica: el gran reto latinoamericano», con la cual iniciaron los debates del Congreso Internacional «Explorando las desigualdades en América Latina: perspectiva sobre riqueza y poder», celebrado por el CALAS para dar cierre a las actividades del Laboratorio de Conocimiento que dedicó un año y medio de trabajo al análisis de las desigualdades en la región.

El también Exdirector de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) agregó que «la crisis de salud fue el punto culminante en la profundización de las asimetrías y la desigualdad social que aumentaron desde principios de 2020 debido a diversos factores económicos».

En la charla, realizada en el auditorio Rosario Castellanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), campus Belenes, recordó que «entre 1980 y 1990 en la región hubo reformas de mercado, que junto con el giro a la democracia de varios países, dio como resultado una mayor inclusión social pero, a la vez, una inadecuada inclusión económica. Desde 1990 hasta principios de 2010 hubo un aumento continuo del gasto social y un avance en el desarrollo humano, particularmente en la educación».

En cuanto a los temas como trabajo, pobreza y distribución del ingreso hubo tres períodos de cambios que fueron de un momento de debilidad del mercado de trabajo y baja reducción de la pobreza hasta 2003, seguido de avances importantes en pobreza y distribución de la riqueza entre 2003 y 2007, que se fueron ralentizando hasta 2013 con empleos precarios e inseguridad económica.

El economista colombiano que ejerció como Ministro de Agricultura, de Hacienda y Director de Planeación Nacional en su país destacó que esta desaceleración en los efectos de la política económica y la igualdad social comenzó desde 2014 con diversas depresiones económicas y culminaron en la crisis económica y social durante la pandemia. El deterioro reciente es el producto de un pobre desempeño de la economía y ahora América Latina está inmersa en una nueva década perdida, subrayó Ocampo.

Como consecuencia, concluyó que la política social debe de buscar beneficios que puedan ser universales y que el avance social exige un comportamiento del mercado de trabajo, clave para que la inclusión económica complemente a la social, uno de los desafíos más críticos que enfrenta América Latina.

Hans-Jürgen Burchardt, director del CALAS y uno de los convocantes del congreso, extendió las reflexiones de esa conferencia inaugural haciendo énfasis en la desigualdad estructural, históricamente persistente, que afecta a América Latina y que no es producto de la falta de recursos, sino de la distribución desigual de la riqueza.

Los análisis académicos sobre el tema, precisa Burchardt, se han caracterizado por un marcado enfoque en la pobreza y marginalización, así como los diferentes métodos e instrumentos para superarla. «No obstante, los resultados de esta ‘pobretología’ siguen siendo insuficientes»-sentencia. El estudio de la desigualdad desde una perspectiva interseccional que incluya categorías como género, etnia, edad debe continuar potenciándose porque «donde hay sol, hay sombra, donde hay mucha pobreza, hay también mucha riqueza»-plantea el titular de la cátedra de Relaciones Internacionales e Intersociales de la Universidad de Kassel, Alemania, para acentuar lo que es el eje transversal de este Congreso.

«El 1% más rico de América Latina concentra alrededor del 46 % de la riqueza y sabemos muy poco de ella. Estudiar esa otra cara de la moneda es imprescindible para alcanzar una comprensión holística del fenómeno desigualdad» En esta línea, aclara Burchardt, «Estudiar la riqueza, NO se trata de un ejercicio de envidia, argumento este que usan mucho para confundir». Y acude al clásico estudio de Thomas Pikkety para apoyar su ejercicio explicativo de que se debe de estudiar la riqueza porque su excesiva concentración limita mercados funcionales y productividad laboral, la cohesión social, la sostenibilidad ecológica y la democracia.

Para concluir el comentarista postuló la necesidad de romper la matriz de las desigualdades sociales a partir de la implementación de reformas sociales y educativas dirigidas a la universalización, la reducción de la economía informal, la puesta en marcha de reformas tributarias y de observatorios de riqueza; pasos bien delimitados que dejan vislumbrar un camino hacia sociedades más equitativas.

También, durante la ceremonia de inauguración, el Rector General de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, destacó que el CALAS con este tipo de encuentros ha posicionado a esta Casa de Estudio como una institución que fomenta la investigación inter y multidisciplinaria en diferentes áreas de las ciencias sociales. Recordó que uno de los retos de la Universidad de Guadalajara en los próximos tres años es el de incentivar la comunicación entre las distintas disciplinas del conocimiento y, por ello, realizó una reforma para que todos los centros universitarios sean multitemáticos.

 

Fotografía: Gustavo Alfonzo

Texto: Mariana González (adaptado y expandido)

Fecha: 
Jueves, Mayo 12, 2022