Desde inicios del 2020, el mundo está viviendo una multicrisis sin precedentes, causada por la irrupción del nuevo virus SARS-CoV-2. Entre los sectores más severamente afectados está la educación. Aunque científicamente controvertido, el cierre de las escuelas y universidades fue una de las primeras medidas universalmente impuestas para tratar de reducir la velocidad de la propagación de la enfermedad Covid-19. En América Latina y el Caribe todos los países, menos Nicaragua cerraron sus instituciones educativas, lo que afectó inmediatamente a 160 millones de estudiantes. La mayoría de ellos no va a volver a tener actividades presenciales en todo el año 2020.
Dado que ningún país tenía preparada una estrategia nacional de la enseñanza a distancia, los Ministerios de Educación han tenido que implementar, en un corto tiempo, diferentes modalidades de enseñanza remota para garantizar la continuidad del aprendizaje. Estas abarcan desde sofisticadas clases virtuales por videoconferencias, la digitalización de libros de textos, hasta la reactivación de tecnologías tradicionales como las transmisiones de programas educativos por la televisión o la radio. Además, se han duplicado las plataformas digitales para hacer accesible material de enseñanza tanto a educadores como a estudiantes y padres/tutores.
Sin embargo, el nuevo contexto educativo se impone en América Latina y el Caribe sobre estructuras marcadas por profundas desigualdades que tienen sus impactos en los sistemas de educación, la calidad de la enseñanza y el rendimiento de los estudiantes, como ha quedado patente en todas las evaluaciones internacionales de resultados académicos de los alumnos hasta hoy. Instituciones multilaterales como la UNESCO, CEPAL o el BID alertan sobre los efectos negativos que la pandemia, con todas sus ramificaciones (aumento de desempleo y pobreza, de violencia doméstica y deterioro de la salud mental) va a tener, sobre todo para estudiantes que pertenecen a segmentos de las poblaciones de por sí en situación de desventaja o vulnerables (rurales, migrantes, indígenas). Se teme un aumento del abandono escolar prematuro, la disminución del nivel de conocimientos y, a mediano plazo, presiones sobre los presupuestos disponibles para los sistemas educativos, lo que provocará una fragmentación todavía mayor.
Implementar formas de enseñanza remota exitosas depende en gran medida del acceso de los alumnos a estas herramientas. Aunque se pueden constatar en este sentido, en los últimos años, avances importantes en relación a la conectividad tecnológica y algunas iniciativas modélicas para provisionar a los estudiantes con dispositivos digitales, América Latina todavía está muy por detrás del promedio de los países del OCDE. Según el último informe PISA de 2018, solamente un tercio de las instituciones de educación secundaria tenían acceso al internet. Más importante aún son las diferencias en cuanto a la situación en los hogares. Mientras que en el promedio 64% de los estudiantes tenían acceso a una computadora y conexión a internet para realizar las tareas de la escuela, entre los hogares vulnerables eran menos de 30% (llegando a menos de 10% en países como México o Perú). Además, el mismo informe revelaba que menos de 60% de los profesores tenían habilidades técnicas y pedagógicas para trabajar con dispositivos digitales en sus clases.
Seguramente llegará el momento de la reapertura de las escuelas. Sin embargo, no debe de haber un simple retorno a la situación pre-pandemica. La crisis ha puesto de relieve que los avances alcanzados se habían estancado y que el estatus quo de los sistemas educativos en la región sigue siendo en gran parte deficiente. Por esta razón, el “parón” debe de servir como punto de partida para buscar remedios contra estas flaquezas y repensar profundamente el futuro de la educación y la enseñanza. Como consecuencia de las urgencias y necesidades, se han multiplicado las iniciativas de diferentes actores involucrados, desde los responsables en los Ministerios de Educación hasta los profesores que han tenido que encontrar nuevas formas de interactuar con sus estudiantes y facilitar los contenidos de sus materias. En este sentido, el cierre prolongado de las escuelas puede haber dado el impulso preciso para la integración de las tecnologías digitales en los sistemas educativos, así como para pensar los contenidos idóneos para una educación adecuada a la realidad social y ambiental global. Esto requiere de parte de los actores y autoridades responsables doblar los esfuerzos en mejorar la infraestructura digital para reducir la brecha tecnológica y, en consecuencia, la brecha educativa.
El propósito de esta plataforma para el diálogo es promover el intercambio de análisis que se está realizando sobre el impacto de la pandemia en los sistemas educativos en el mundo, con énfasis especial en la situación de América Latina y El Caribe. Esto debe de servir para discutir propuestas creativas, como a partir de las iniciativas generadas durante la contingencia sanitaria, se podrán remediar las carencias educativas estructurales, mitigar las disparidades, mejorar el nivel de la enseñanza en la región, y fortalecer desde las escuelas la convivencia democrática, social, solidaria. En este sentido, el encuentro girará alrededor de cuatro dimensiones:
- Análisis de los impactos de la pandemia sobre los sistemas educativos, especialmente las diferentes dimensiones de las desigualdades económicas, sociales y de la diversidad cultural
- Evaluación de los programas pedagógicos puestos en marcha durante la pandemia, incluidas las experiencias familiares, de comunidades, etc.
- Buenas prácticas didácticas, incluidos nuevos materiales/plataformas (digitales);
- Educación para la democracia y la convivencia cívica. Efectos del confinamiento y aislamiento sobre las relaciones sociales; nuevas formas de solidaridad y colaboración; resignificación de vínculos sociales
Bases
Lugar: Sede principal del CALAS en Guadalajara, México
Fecha: 26 al 28 de agosto 2021
Dirigido a: Postulantes de reconocida trayectoria en las Ciencias Sociales y Humanidades que aporten sólidas reflexiones teóricas y empíricas sobre al menos uno de los ejes mencionados en la convocatoria.
Postulación: Llenar el formato de aplicación con título y resumen de la propuesta y una breve ficha académica con indicación de la trayectoria profesional y publicaciones relevantes.
Idioma: español, inglés
Envío de propuestas: Por correo electrónico a la dirección eventos@calas.lat y con referencia "Plataforma educación"
Fecha límite para mandar las propuestas: domingo, 28 de febrero de 2021
Selección: Un comité académico seleccionará los trabajos bajo criterios de excelencia. Los/las postulantes serán notificados antes del 20 de abril 2021 sobre el dictamen de sus trabajos.
Financiamiento: El CALAS se hará cargo de los gastos de hospedaje de los participantes. Además, habrá recursos limitados para gastos de viaje.
Contacto:
Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados
C.E: info@calas.lat