CALAS

América Latina se ha caracterizado históricamente por una alta desigualdad social. Esta desigualdad no solo se expresa en una pronunciada distribución, acceso y consumo asimétricos de recursos materiales, sino que es profundamente más compleja por su multi-dimensionalidad y su inter-seccionalidad. Las configuraciones sobre cómo se distribuyen la tierra, los ingresos y la riqueza, por ejemplo, resultan significativamente relevantes para el estudio de la desigualdad social en América Latina, a la vez que se hace necesaria la mirada hacia ejes transversales como el género, la etnia o las oportunidades de participación política.

Estas desigualdades sociales crean regularmente conflictos que, a menudo, conducen a profundas crisis políticas, sociales y ecológicas. Las ciencias sociales y humanidades tienen a su haber rigurosas herramientas teóricas y metodológicas, en las que se profundiza sobre las diferentes dimensiones y criterios de estas desigualdades. No obstante, en las últimas décadas, tanto en los estudios como en la gestión de la política, sus acentos han estado enfocados hacia la temática de la pobreza. En este contexto se ha olvidado que la desigualdad es una categoría relacional y que por tanto riqueza y pobreza son incomprensibles de manera aislada. Apenas conocemos sobre los mecanismos que aseguran la acumulación y la riqueza, y los relacionamientos y arreglos estructurales que la perpetúan. Por otra parte, los instrumentos analítico-conceptuales y metodológicos, se van haciendo insuficientes para identificar, operacionalizar y evaluar la riqueza y sus poseedores. Todavía existen ausencias de evaluaciones sobre estos procesos, sus limitaciones e impactos.

El brote pandémico del 2020 de la COVID-19, ha venido a develar una mayor profundidad de estas desigualdades en la región: alta vulnerabilidad económica, alta tendencia al aumento de la pobreza, y nuevos millonarios que fortifican el núcleo de las élites latinamericanas y aumentan la concentración de la riqueza. Sorprendentemente, por otra parte, continúan siendo débiles e insuficientes los intentos políticos e institucionales para regular la riqueza, establecer mecanismos fiscales efectivos que generen mayor justicia y bienestar social, y enfrentar colectiva y solidariamente los retos y consecuencias de la pandemia.

El laboratorio “Confrontando las desigualdades en América Latina: Perspectivas sobre riqueza y poder” se enfoca en los estudios interdisciplinarios sobre riqueza y poder, y se propone llenar el vacío teórico-conceptual y metodológico requerido para su estudio. Para tal empeño, se han propuesto tres ejes temáticos que permiten un acercamiento más sistemático a este fenómeno; se abordan temas que abarcan desde la regulación política de la riqueza, sus configuraciones, límites e impactos, hasta su relación con los vínculos entre sectores dominantes, poder y naturaleza.

Perspectivas sobre riqueza y poder

Ejes de investigación

Equipo

Investigadores