La Plataforma para el Diálogo «Líderes mujeres en espacios de poder. Experiencias desde América Latina y Europa» fue un momento clave y distintivo en el CALAS para escuchar experiencias múltiples de mujeres diversas que lideran ámbitos sociales, políticos, científicos, empresariales y más.
El pasado 25 y 26 de septiembre se llevó a cabo esta Plataforma para el Diálogo, organizada por Gisela Carlos Fregoso, Co-Directora de la Sede Principal del CALAS en Guadalajara, México, Luciana Anapios, ex Directora de la Sede Regional Cono Sur y Brasil y María Fernanda López, miembro del Comité Científico de la Sede Regional Andes.
Voces fuertes, sabias, y honestas resonaron entre quienes asistieron a estas dos jornadas de diálogo, donde lo personal fue el reflejo mismo de las experiencias colectivas y sociales. Las vivencias en carne propia se hicieron presentes para dar a conocer una realidad en la que persisten problemáticas y dificultades a las que se enfrentan mujeres de distintas regiones, tanto en América Latina como en Europa.
Liderar espacios de poder ha sido una práctica tradicionalmente patriarcal; cada vez más mujeres ocupan altos mandos, gracias a sus exigencias y luchas. Lo anterior ha implicado voltear a ver el pasado y transformar aquello establecido, que olvida, que desvalora, que discrimina a las mujeres. Se vuelve indispensable crear estrategias para ser visibles, para proponer ideas y generar cambios, sin dejar de lado que «necesitamos liderazgos diversos y horizontales», como Barbara Göbel, directora del Instituto Iberoamericano (Alemania), expresó.
Esta Plataforma significó dar a conocer visiones más allá de las academicistas y teóricas. Fue una pausa para dar lugar al reconocimiento de experiencias plurales. Escuchar la voz de una mujer como Otilia Lux, quien recuerda que la colonización ha dejado una herencia que aún no ha sido erradicada, una mujer que se ha preocupado por luchar en pro de los derechos de las mujeres y pueblos indígenas en Guatemala. Saber de su recorrido andado en el que organizó a mujeres políticamente para enfrentar los conflictos de su país y recuperar la memoria.
La construcción de liderazgos diversos y horizontales requiere del sostenimiento de una red de apoyo. El liderazgo no es individual, cimienta sus bases en las voces diversas, comunitarias, colectivas; el apoyo entre mujeres es indispensable, sin olvidar el ser conscientes de los privilegios y las opresiones que atraviesan los cuerpos de cada una. Y como lo dijo ya Montserrat Sagot, «la sororidad universal no existe», porque los intereses de las mujeres no son homogéneos, sino que se encuentran en función de la pertenencia a las clases sociales y los beneficios que son desiguales. De aquí devienen la importancia de la mirada interseccional.
La búsqueda es converger a partir de las luchas puntuales que convocan a todas, luchas que se vuelcan en la posibilidad de sostener la vida, de confrontar a un sistema que violenta, mata y desaparece.
Este espacio de diálogo trascendió las perspectivas académicas y las superficies sobre lo que conlleva el ser una mujer líder, para habitar los sentires y las emociones, para hablar de aquello que usualmente se queda oculto. Porque las emociones son intrínsecas a los procesos organizativos y de toma de decisiones. El reconocimiento y abandono de las mujeres a la idea de perfección que el sistema ha implantado, ello, es clave para habitar, transitar y generar estrategias para superar los estados de vulnerabilidad.