CALAS

La pandemia del COVID-19 como prisma. Yulexis Almeida y Julia Roth investigan las crisis y desigualdades interseccionales en el contexto alemán y cubano

A raíz de la pandemia del COVID-19 se presentaron múltiples crisis sistémicas y estructurales que han impactado en todas las regiones del mundo. Las actuales fellows Yulexis Almeida Junco, Doctora en Ciencias Sociológicas de la Universidad de La Habana, y Julia Roth, profesora en Estudios Americanos de la Universidad de Bielefeld, han trabajado en conjunto para abordar dicho fenómeno desde la interseccionalidad y partiendo de dos contextos tan distintos como lo son Cuba y Alemania.

Yulexis, Julia nos podrían contar ¿cómo surge su proyecto colaborativo en CALAS?

Yulexis Almeida: Yo trabajo los temas de interseccionalidad y Julia también y teníamos antecedentes de trabajo juntas. En el contexto de las conferencias de la Latin American Studies Association (LASA) empezamos a hacer algunos intentos de trabajo conjunto, por lo que ya teníamos muchos lazos. Cuando salió la convocatoria de este tándem, nos pareció interesante vincular la perspectiva a los análisis de lo que había pasado en Alemania y Cuba con la situación de las mujeres en el contexto de la pandemia, articulado con otras dimensiones importantes, políticas-económicas, desde una visión más global. Nos parecía que era la oportunidad de hacer converger lo que hacíamos cada una desde sus contextos. Queríamos dejar algo más elaborado que tuviera una perspectiva también de futuro, porque es un trabajo que no queda aquí. Analizar las estrategias en el contexto de la pandemia, desde esta mirada interseccional, a nuestro juicio, podía arrojar cosas novedosas.

Julia Roth: Sí, también nos pareció que la crisis de la pandemia funcionó como prisma, y sabemos que no es una perspectiva nueva, pero para nosotras fue un momento en el que podíamos ver cómo esas desigualdades entrelazadas, interseccionales, se expresaron de manera mucho más fuerte y explícita. Ciertas cosas se hicieron aún más visibles y no negables. Al mismo tiempo, quisimos saber qué significan todas estas desigualdades desde la perspectiva interseccional y cómo abordarlas a partir de la crisis para enfrentar otras crisis futuras. 

¿Podrían compartirnos qué tipo de metodología se encuentran utilizando para este proyecto aún en construcción?

YA: Ambas venimos de tradiciones epistemológicas diferentes. Nuestro acercamiento, nuestras realidades también son desde los referentes de cada una y ahí va a haber una gran complementariedad, pero también es la complejidad de un proceso creativo que exige que aun cuando lo hagamos desde nuestros referentes, lo que estamos investigando sea comparable. Lo que sí nos une es que lo vamos a hacer desde una perspectiva teórica interseccional, tomando como punto de partida el feminismo negro, el feminismo decolonial, la perspectiva cualitativa, esas son las bases teóricas de nuestra investigación.

JR: Bueno, yo no soy de las Ciencias Sociales, pero considero lo que hago también empírico. Para el contexto alemán se empiezan a hacer varios estudios que se pueden usar con respecto a las intersecciones que nos interesan más de género y de racialización o estratos migratorios para Alemania. Queremos lograr o mostrar cómo se enfrentan, a nivel micro y macro, estos ejes de desigualdad para las personas individuales. Un segundo paso sería también tomar en cuenta ejes más macro, cómo los sistemas de salud dependen de las geopolíticas globales, quién tiene acceso a la vacuna que se reconoce o acceso a la tecnología y la medicina.  

YA: Resumiendo un poco, vamos a trabajar con una investigación que tiene un diseño fundamentalmente cualitativo, que va a combinar el diseño de campo con un diseño documental. Hay una revisión importante ahí de todo lo que se ha escrito sobre el tema de la pandemia, que tiene una dimensión longitudinal, porque hace el análisis del contexto de la pandemia, pero también tiene una mirada transversal, nos ubicamos en el aquí y el ahora de la era postpandémica. Hay un análisis macrosocial que se posiciona en el ámbito transnacional y el impacto que tiene sobre determinadas regiones y a su vez microsocial, más local hacia el contexto de nuestros  países de origen. Se trata de una investigación que intenta ser prospectiva, en el sentido del diseño, ya que nos proponemos esbozar un modelo para el análisis de futuras crisis, entendiendo que esta no es la única crisis que va a vivenciar la humanidad por lo que es importante cómo nos preparamos para esas nuevas crisis y la atención a los grupos más vulnerabilizados. 

En este sentido, ¿cuáles son los principales actores en la lucha contra las múltiples desigualdades en este contexto de crisis sanitaria? 

JR: Yo diría que durante la crisis de la pandemia los actores principales eran las enfermeras y personal médico, quienes denunciaron la situación fatal del sistema de salud. El estado  alemán que cuenta con un gran poder económico invirtió mucho dinero, sobre todo para mantener industrias, empresas, empleos y sueldos, para amortiguar los efectos más graves. El sistema de salud estaba en crisis, en este giro neoliberal en el que se recortaron los fondos considerablemente y  bajo las condiciones de la pandemia vimos que no había ni personal, ni equipamiento o tecnología suficiente. Y eso a pesar de que se sabía que una pandemia era posible. En este contexto – y en Cuba sé que es parecido – la sociedad civil y los actores de movimientos sociales enfatizaron que hay que reconocer, tomar en cuenta y superar las desigualdades fundamentales como el racismo estructural que se mostró de manera muy grave bajo las condiciones de la pandemia. Además, algunos académicos criticaron qué faltan o qué faltaron, en el discurso hegemónico, datos con respecto a los grupos vulnerables y perspectivas más amplias, globales e integrales.

YA: Yo coincido con Julia y rescataría, en el caso de Cuba, la sociedad civil, los grupos de activismo están jugando un papel muy importante, especialmente los grupos antirracistas, el activismo feminista en sentido general, pero de forma específica el activismo afro feminista. Para nosotras también un actor importante es el Estado; el rol que jugó en relación a la responsabilidad que asume en un contexto de crisis como lo fue la pandemia. Yo lo veo en esta doble dimensión, tanto en la responsabilidad que tiene y cuál fue su actuación en ese sentido. Pero lo tengo identificado como un actor dentro del proceso de la investigación y nosotras articulamos una mirada política, social y económica.

Desde la perspectiva interseccional de la que parten, ¿cuáles dirían que son las brechas de equidad que se han agudizado durante la pandemia?

JR: Yo diría que clase, raza y género, son centrales. Por ejemplo, en el trabajo de cuidado, las más afectadas eran mujeres con respecto a los efectos de las medidas. No necesariamente con infecciones y muertes, sino con respecto a las desigualdades. Para las mujeres en el contexto alemán que no son «blancas» el estatus económico y de ciudadanía juegan un rol central – sobre todo  para refugiadas y mujeres migrantes. En este sector, relacionado con el capital, fue aún más fuerte porque tampoco tenían viviendas adecuadas, ni ingresos, ni la tecnología suficiente, para poder seguir educando a los niños y trabajar tranquilamente y «desde la casa». También había estudios que mostraban que las personas de menor acceso a la salud y las más afectadas son muchas veces quienes se encuentran en esas intersecciones. El afro censo («Afrozensus»), que se basa en una iniciativa de activistas afrodescendientes en el contexto alemán y que recogieron los datos faltantes sobre las comunidades negras, mostró que toda la gente afrodescendiente en Alemania está afectada por desigualdades de salud, tratamiento y acceso.

YA: En Cuba también la tríada fundamental de clase-género-raza configura grupos específicos con mayores desventajas para enfrentar la crisis de la pandemia y ahí podemos ubicar, por ejemplo, que en el sector de la educación quienes van a tener más dificultades para continuar sus estudios, son aquellos jóvenes que no cuentan con recursos tecnológicos o condiciones adecuadas para quedarse en casa y continuar la universidad desde ahí. En este caso están más representados los varones negros, que es el grupo que menos ingresa a la educación superior y que más limitaciones tiene.

En sentido general, las mujeres son también muy afectadas con el tema de la crisis, porque hay una sobrecarga del trabajo de cuidados y de responsabilidad, sobre todo de los niños y las niñas en edad escolar. No solo en la atención y el cuidado, sino también son ahora las mujeres las que mayormente atienden la educación escolarizada que se daba de manera presencial. 

Por otro lado, está el tema de la migración, que es un fenómeno que se refuerza en condiciones de pandemia y en una mirada más global se incrementa el tema de la migración irregular en Cuba. Además del aumento de la trata de personas donde las mujeres son más vulnerables. En el caso concreto de Cuba también se da una migración de zonas rurales y urbanas del oriente del país hacia la capital. Entonces, esta es una población que queda un poco expuesta en el contexto de la pandemia, donde se regulariza más el acceso a los bienes, como la alimentación y el aseo,  también se quedan sin esa distribución que se está haciendo a través de lo que conocemos como la libreta del abastecimiento.

¿Cuáles son las crisis que se enfrentan en los ámbitos más feminizados durante el COVID-19?

YA: En el caso de Cuba, con el tema de la pandemia en el que se sabe que el ámbito de la casa es un espacio feminizado, con todo el tema de la crisis y la sobrecarga que tienen las mujeres, también hay un incremento de la violencia de género y con el acceso a las redes sociales, la problemática se hace más visible. Yo no creo que no existiera la violencia de género como la estamos viendo ahora, lo que pasa es que se conocían menos los casos de violencia, pero evidentemente, están muy asociados con toda la situación generada por la crisis. 

El otro elemento que yo siempre rescato en este contexto de crisis es el trabajo informal, en Cuba las más vulnerables dentro de este grupo son las mujeres negras, cuya actividad informal está menos remunerada, con menos condiciones y a la vez enfrentan también procesos de criminalización, porque en el contexto de la crisis, muchas de las actividades que tenían que ver con la sobreventa de determinados recursos eran realizadas en gran parte por mujeres negras. En los medios llamaba la atención que las imágenes que siempre aparecían en primera plana eran mujeres negras, es una manera de estigmatizarlas y esto es un proceso que se da fundamentalmente en el contexto de la pandemia. 

JR: En Alemania fue un poco distinto pero con paralelos. Porque las mujeres también eran y son sobre representadas en los trabajos de cuidado y también de salud. Muchas tienen la doble carga de responsabilidades con los niños o familiares en la casa; eran más las académicas las que podían sobrellevar la doble carga. Como enfermeras tenían que salir a su trabajo de noche y dar más turnos por la crisis, también son los trabajos con menos ingresos y más vulnerables. En ese sentido, muchas mujeres trabajaban a tiempo completo, otras tenían que recortar sus horas por las cerraduras obteniendo un sueldo más bajo, lo que significaba menos ingresos. Desde una perspectiva interseccional, en un contexto migratorio hay muchas más mujeres inmigrantes y refugiadas, muchas de ellas racializadas como no blancas, que son más expuestas a la violencia y más vulnerables.

Para cerrar, ¿podríamos profundizar un poco más en las diferencias y coincidencias más representativas que han encontrado en el contexto alemán y cubano durante la crisis pandémica?

JR: Yo diría que las dos sociedades son muy distintas, pero los fenómenos globales que vemos se ubican en grupos ya vulnerables que desde una perspectiva interseccional se hicieron aún más vulnerables. Las diferencias que veo en los dos contextos es que son políticamente distintos, pero los dos cuentan con un Estado fuerte y con sistemas de salud estables, por lo menos en comparación con otros contextos, aunque con discursos distintos. Lo que yo pienso que fue distinto en Cuba, fue la dimensión de solidaridad. Las campañas, las brigadas que mandó Cuba como un gesto, se dio mucho menos en Alemania, donde era más importante garantizar la vacuna para la sociedad alemana, cerrar las fronteras y protegerse a sí misma. 

Otra diferencia que vimos entre las dos sociedades, es la fuerte polarización política. En Alemania se expresó una fuerte crítica al estado, con respecto a las libertades individuales que cortó el gobierno, también por partidos políticos de la oposición. También existía un gran temor – basado en la historia del país – a que los derechos fundamentales, una vez restringidos, no pudieran restablecerse. Observamos una fuerte polarización entre la insistencia en los derechos individuales y una noción de solidaridad. 

YA: Yo creo que las principales diferencias están en las estrategias de salud, la infraestructura con la que cuenta Cuba para asumir los diferentes servicios es muy precaria y se agudiza en el contexto de la crisis, pero tiene como resorte los recursos humanos con los que cuenta, que son los que equilibran un poco la balanza. También las universidades movilizadas con sus estudiantes y profesorado, haciendo el pesquisaje en todas las comunidades, apoyando en todo el ambicioso plan de vacunación, fue decisivo en lo que se logró y el discurso político estaba más centrado en la soberanía de la nación.

La polarización política en Cuba tenía más que ver con una escasez, que tiene un antecedente en el país con el tema del bloqueo, en un contexto en el que hay un reordenamiento económico. El ordenamiento monetario catapultó la situación económica, digamos, desfavorable en el país y las fundamentales críticas.  También las huelgas estaban más en función de ello, esa es una de las diferencias con lo que está pasando en Alemania. Además, hay una proyección de solidaridad internacional, a pesar del cierre de fronteras, Cuba estaba dispuesta a ayudar a aquellos países que tienen más dificultades, no se limitó solamente a América Latina, también ayudó a Europa. Entonces hay matices y condiciones que las justifican.

 

Foto: Pixabay

Texto: Valeria Aguirre Pedroza

Fecha: 
Monday, December 4, 2023