Cerca de 200 personas asistieron al primer foro sobre arte y horizontalidad, titulado: «Arte y Horizontalidad. Entre la función estética y la utilidad social» que formó parte de las actividades del CALAS en la 37 edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2023.
El proyecto es fruto de la Red de Producción Horizontal de Conocimiento (RPHC), cuyos intereses se han centrado en las metodologías horizontales, la generación de conocimiento colectivo y cómo esto puede incidir en el estudio y reflexión de distintas prácticas científicas, artísticas y/o culturales.
El foro fue coordinado y moderado por la Dra. Sarah Corona Berkin, y la Dra. Irazú López Campos, actual posdoctorante del Conahcyt. Mientras que quienes participaron en este diálogo fueron grandes exponentes en el tema, como el sociólogo por El Colegio de México, José Manuel Valenzuela, Martín Grossmann, profesor Titular de la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo y Gerardo Gutiérrez Cham, Doctor en Análisis del Discurso y ex co-director del CALAS.
El actual proyecto de la RPHC parte de una visión crítica del arte vinculado a formas hegemónicas provenientes del norte global, en donde se prioriza la estética; una estética basada en tecnicismos y construcciones a partir de valores que históricamente se les ha asignado a las creaciones artísticas y que provienen de espacios de poder. Bajo tal paradigma, este foro se desempeñó como el lugar para cuestionar si es posible relacionar el arte y la horizontalidad.
Para introducir en el diálogo a las y los asistentes, el sociólogo José Manuel Valenzuela dio a conocer que el arte por su naturaleza tiene una función transformadora al ser una herramienta dialógica que emerge de los procesos de interpretación y de creación de sentido, a partir de formas de producción de conocimiento. Desde la perspectiva horizontal, Valenzuela también comentó que como herramienta dialógica es necesario pensar al arte en el espacio público, donde el artista se desdibuja cuando los procesos de construcción de sentido se vuelven colectivos, «la lógica del arte horizontal estaría muy fuertemente vinculada con las teorías de lo que sería el espacio social en el sentido de que tiene que ver con formas colectivas de construcción», expresó el sociólogo.
Las posibilidades del arte son muchas, y siempre se relacionan con las formas en las que creamos, adquirimos y transmitimos conocimiento. Por ello, el arte va más allá del objeto, Martín Grossmann, explicó que es «una interfaz con diferentes elementos que compone una situación, o archi momento, que se crea cuando se produce una interacción entre la propuesta del artista o de un colectivo de artistas». Grossmann también externó que en esta interfaz se hace presente la conciencia del usuario, que deja de ser sólo observador, mientras que el objeto no sólo cumple una función estética, sino que a través de la interpretación del usuario se construye una interacción con el objeto artístico, creando así lo que denominó como un «arte momento».
Por su parte, Gerardo Gutiérrez Cham habló de la importancia que tiene el permitir a las personas crear arte y no coartar esta libertad, ya que las instituciones son quienes principalmente constriñen esta posibilidad creativa al no aceptar otras formas expresivas, al ser espacios centralizados y destinados para ciertos sectores y al ser poco accesibles. También recalcó la importancia del arte colectivo y horizontal, la necesidad de trabajar con las comunidades, «pensar en el arte no sobre los otros, sino con los otros».
Los exponentes continuaron abogando al diálogo, tomando en cuenta que el arte también está atravesado por estructuras de poder. En este sentido, el arte horizontal busca contribuir desde dispositivos que tengan una función social, atendiendo a las formas de expresión múltiples de uno o varios artistas, quienes también se posicionan desde sus orígenes, desde sus espacios y situaciones diversas, y que atienden a sus propias experiencias en busca de una transformación social.