CALAS

El pasado que no cesa y el futuro que no llega: estados y democracias fallidas en América Latina

América Latina se debate, nuevamente, entre el autoritarismo y la democracia, entre el regreso a pasados dictatoriales y la esperanza de sociedades libres, entre el pasado que no cesa y el futuro que no llega. Desde finales de la década de 2010, el descontento popular se reactivó en la región, dando señales de la disconformidad con el tipo de política que se practicaba, llevando la polarización política a niveles desconocidos hasta este momento. Muchas de las protestas actuales, así como las reacciones a ellas de parte de los Estados, siguen patrones del pasado y reflejan críticas hacia los gobiernos de turno, los cuales parecen haberse alejado de las necesidades de la población, pero también articulan reivindicaciones a las cuales no se han dado respuestas desde hace décadas.

En Centroamérica, en Nicaragua hubo un levantamiento en 2018 contra lo que ya se veía como una dictadura en ciernes, aunque el movimiento fue detenido y sus líderes perseguidos, encarcelados o exiliados. En Puerto Rico, la gente se levantó contra el gobernador a mediados de 2019. En la Isla del Encanto se arrastraba la angustia de una sociedad seriamente afectada por el Huracán María (2017) y por el conocimiento público de mensajes privados de su gobernados donde se exponía, con lenguaje homofóbico, misógino y clasista, un tremendo desprecio de élite hacia las clases populares. El gobernador puertorriqueño renunció a fines de julio, después de dos semanas de protestas. En Chile, en de octubre de 2019, la subida del pasaje del Metro de Santiago provocó un incendio social, que luego se distribuyó ampliamente, hasta convertirse en un enjambre volcánico en explosión. Ya a inicios de noviembre se trataba de cientos de miles de chilenos en la calle protestando contra un sistema que los entendía como simples consumidores, ya no tanto como ciudadanos con derechos, endeudados hasta el tuétano, y, en ese sentido, como material desechable. Las mujeres vincularon ese sistema con el patriarcado al que conceptuaron como “un macho violador”. En Bolivia, el triunfo electoral de Evo Morales fue adjudicado por sus opositores a un fraude. Morales los acusó de perpetrar un golpe de Estado y el país explotó hasta ver marejadas de indígenas que tomaron las calles en apoyo a su presidente; pero el gobierno no pudo resistir la fuerte envestida de las clases altas apadrinadas por grupos evangélicos y Morales debió exiliarse. En Ecuador, un paquete de reformas económicas llevó a la gente a la calle. En Argentina, las protestas contra Macri habían antecedido ese fuego y se expresaron muy bien en las elecciones de fines de octubre y eran de contenido socioeconómico, pero también contra el sistema patriarcal.

Muchos analistas presagiaban un contagio de esa ebullición social. En Colombia, a partir del 21 de noviembre de 2019 comenzaron las movilizaciones contra una serie de reformas económicas y contra la corrupción. El gobierno colombiano acusó al venezolano de ser el orquestador de esas luchas. Hubo paros, cacerolazos y marchas en Bogotá todos los días hasta finales de enero del 2020. Otras partes del país se encendieron, como Medellín, y la lucha era activa en las calles. En Costa Rica, jóvenes estudiantes de secundaria y universidad tomaron las calles e interrumpieron el tránsito y luego se refugiaron en algunas partes de los campus universitarios como signo de protesta.

América Latina estaba lejos de parar la ebullición social de lo que algunas personas denominaron la “primavera latinoamericana”. Esos movimientos sociales fueron liderados por jóvenes, pero también tuvieron un profundo contenido de clase y levantaron las banderas de reivindicaciones de género, pero también étnicas. Vistos en la larga duración, fueron verdaderos levantamientos que exponían con fuerza un desagrado con la política y los políticos latinoamericanos, pero también con las reformas estructurales que habían sucedido en sus países desde el giro a la derecha que ocurrió a partir del 2010.

Pero es importante anotar que ese giro a la derecha ocurrió primero en Centroamérica, una región que, de hecho, funcionó como un primer taller para la práctica de los nuevos golpes de Estado en Latinoamérica. Así, en el año 2009 el presidente hondureño Manuel Zelaya sufrió un golpe de estado, por la noche (como solían ser en el siglo pasado), fue puesto en un avión y sacado del país. Así, no fue la elección de Sebastián Piñera en Chile en 2010 la que varió el camino de izquierda a derecha en el continente, pero sí, claramente, esa elección fue la que lo comenzó a consolidar. En los siguientes años, América Latina vivió varios momentos similares a lo ocurrido en América Central: en junio de 2012, el presidente paraguayo Fernando Lugo sufrió un golpe de estado producido desde el Congreso. En el año 2016, Dilma Rousseff fue removida del poder por un “impeachment”, que básicamente repitió la misma técnica de desconocer el poder de las urnas desde el Congreso. 

Estas transformaciones estaban vinculadas con la evolución de la “democracia neoliberal” en la región y se relacionan de manera directa con la reforma estructural en la economía y en la sociedad. La pandemia por la Covid-19 impactó a los países latinoamericanos desde principios de 2020 y su impacto dejó al descubierto las tendencias negativas que se habían venido manifestando en términos de desigualdad y de pobreza en esta región.

De esa forma, la Covid-19 arribó a un área del mundo profundamente afectada por la “pandemia” de las reformas neoliberales, pero también la del autoritarismo, la de la exclusión social, la de la desigualdad y la de la pobreza. Hoy, luego del fallido cambio de Constitución en Chile en septiembre de 2022, América Latina sigue presentando las contradicciones anteriores a la crisis sanitaria y poniendo en duda su futuro. Las recientes elecciones en Colombia y Brasil parecen indicar nuevas orientaciones y opciones políticas con perspectivas inciertas sobre su capacidad de reconducir sus países en un futuro que logre superar contextos del pasado e iniciar nuevos ciclos políticos, económicos y sociales en la región.

 

Convocatoria

Con base en estas reflexiones, el Centro Regional Centroamérica y el Caribe de CALAS convoca a la Plataforma para el diálogo El pasado que no cesa y el futuro que no llega: estados y democracias fallidas en América Latina”. El encuentro ofrecerá un espacio para presentar y discutir experiencias individuales, análisis académicos, posicionamientos políticos, representaciones literarias y artísticas. Se trata de pensar la crisis democrática en América Latina, la vuelta del autoritarismo, el estado de salud de sus modelos de desarrollo, los problemas estructurales que aquejan la región y las posibilidades de superarlos.

 

Ejes temáticos

La Plataforma para el diálogo se estructurará alrededor de los siguientes ejes:

  • Autoritarismo.
  • Democracia.
  • Seguridad y militares.
  • Neopentecostalismo.
  • Imperialismo y antiimperialismo.
  • Universidades.
  • Derechos humanos.
  • Populismo.
  • Juventudes rebeldes y plurales.

 

Bases de la convocatoria

  • La convocatoria está dirigida a postulantes de las Ciencias Sociales, Derecho, Humanidades, Artes y Letras que puedan aportar a las temáticas expuestas tanto en términos empíricos como teóricos y metodológicos.
  • Llenar el formato de aplicación con título y resumen de la propuesta y una breve ficha académica con indicación de la trayectoria profesional y publicaciones relevantes.
  • con título y resumen de la propuesta y una breve ficha académica con indicación de la trayectoria profesional y publicaciones relevantes.
  • Idiomas: español, portugués e inglés.
  • Fecha límite para enviar las propuestas: 1 de febrero de 2023.

Un comité académico seleccionará los trabajos bajo criterios de excelencia. Los/las postulantes serán notificados antes del 1 de marzo de 2023 sobre el dictamen de sus trabajos.

El CALAS se hará cargo de los gastos de hospedaje. Además, habrá recursos para gastos de viaje.

Fecha de la plataforma: del 24 al 25 de abril de 2023, en la Universidad de Costa Rica.

 

Contacto:

Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados (CALAS) – Centro Regional Centroamérica y el Caribe

Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC) – Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Universidad de Costa Rica

Comité de organización: Dr. Werner Mackenbach, Dr. Günther Maihold, Dr. David Díaz Arias

Información: sedesanjosecalas@gmail.com

Lugar: 
San José, Costa Rica